E l saber era transmitido oralmente y sólo a quienes probaban ser dignos discípulos. Para tal fin existían una gran cantidad de escuelas Druidas.
En estas escuelas, que más tarde serían convertidas en monasterios, todas las artes y las ciencias pasaban de generación en generación archivadas nada más que en la memoria de sus estudiantes.
Pero al morir el último de los druidas desapareció con él todo el conocimiento de su pueblo. Sólo en las historias y en las leyendas nos quedan, desquebrajados y sin su color original, algunos recuerdos que para colmo no acostumbramos mirar.
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